Flor B. San Luis
Foto: Francisco Hernández
Ciudad Guayana.-Lo
que hace algunos años se conoció como el boom de los biopolímeros,
actualmente es la pesadilla de miles de mujeres en Venezuela. La
realidad parece aumentar en números de casos en los estados limítrofes,
Ciudad Guayana es una de las regiones cuyas historias son múltiples.
El cirujano plástico César Oliveros, presidente de la Fundación No a
los Biopolímeros, visitó la ciudad para atender una lista 138 mujeres
que por razones personales tomaron la decisión de inyectarse este
material en alguna parte de su cuerpo, y ahora cuando el tiempo y el
desconocimiento “pasan factura”, ellas afrontan las consecuencias de
aquella determinación.
Los biopolímeros en cualquiera de sus nombres comerciales, es una
sustancia espesa, una combinación entre silicona y metacrilato que al
inyectarse provoca una reacción crónica severa en el cuerpo, como lo es,
cambios de coloración, enrojecimiento, calor, ardor y dolor.
Oliveros destacó que los pacientes corren el riesgo de muerte la
primera semana en la que fueron sometidas a dicho procedimiento; en ese
periodo de peligro las féminas pueden sufrir un tromboembolismo
pulmonar.
En esa misma línea, hizo referencia que al igual que los biopolímeros,
el ácido hialurónico está prohibido desde el 2012, pues no tiene permiso
ni registro sanitario. Su venta es ilegal y puede ser denunciada.
Como cada organismo es distinto al otro, no todos presentan los
síntomas de riesgo. En Venezuela hay 50 mil personas que tienen
biopolímeros, tanto hombres como mujeres porque los estereotipos de
belleza no tienen patrones fijos. Al menos, la mitad de la población
total presentará los síntomas en los primeros tres o cuatros años.
El especialista en cirugía y profesor titular de la Universidad del
Zulia (LUZ), manifestó que si las pacientes no han presentando ningún
síntoma deben dejar todo tal y como está, aunque si, deben tomar sus
previsiones; no broncearse, no inyectarse, no darse masajes ni
ultrasonidos.
Solución
A final de cuentas la pesadilla parece tener solución, actualmente
Oliveros ha creado una clasificación clínica por grado según la gravedad
o complicación del paciente. Son cinco grados, no todos merecen
operación, la mayoría de los casos es sometido a tratamiento médico
realizado por inmunólogo a tiempo indefinido. Otros casos, luego de
evaluar la resonancia magnética glútea y observar la cantidad de
biopolímeros y su distribución, se puede percibir si hay migración a la
región lumbar u otras partes del cuerpo; es en ese momento cuando se
procede a la cirugía abierta y la extracción del 80 por ciento del
material.
Aún cuando parte de la sociedad afectada se ha revelado en cuanto a
este tema, todavía existe una población silente que se niega a
manifestar sus malestares, sus inquietudes o simples dudas; para ellos
el presidente de la fundación hizo un llamado de conciencia y de
mantenerse informando ante esta realidad.
Afectadas pueden conocer a fondo los alcances de este problema de salud pública, a través de la página web www.cesaroliveros.com
CIFRAS
2 años de creada la Fundación No a los Biopolímeros
50 mil personas afectadas en Venezuela
50% de las pacientes presentan síntomas en los primeros años
138 afectados estaban pautados para atender en Guayana
80% del liquido puede ser extraído por una cirugía abierta
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